AQUA:
Sentado frente al mar, majestuoso, imponente, infinito… me hago la pregunta ¿es
azul el mar? Y recuerdo a mis maestros cuando joven, me hablaban de la teoría de
los colores y los fenómenos atmosféricos y físicos que participan en dicha
impresión. Sin embargo, a estas alturas, y habiendo comprobado y aprendido
todos esos conocimientos, sigo con la duda.
El
mar es el inicio de todo. Allí nació la vida. En sus complejas relaciones
físicas y químicas, fue posible generar la primera célula. Quien no ame el azul
del mar, viene de Marte (donde todo es rojo pues sus mares se cogelaron o
evaporaron en algún momento).
Su
extensión y volumen nos recuerda lo insignificantes y frágiles que somos frente
a él; nuestra temporalidad se difumina ante su eterna permanencia. El mar azul,
es la esperanza ya que puede llevarnos a muchos lugares misteriosos, en la
oscuridad de la noche o al resplandor del día con el sol.
SÔL:
Mirando hacia el cielo, en pleno día, aprecio la magnitud dorada del sol, su
energía y su color… me pregunto ¿por qué es amarillo el sol? Y vienen recuerdos
de mi pubertad, estudiando “Ciencias de la naturaleza” en el liceo: las crestas
solares, sus tormentas, su constante fusión. Así pues, sabiendo todo eso, me
quedo pensando y sigo dudando
La
energía más pura y accesible nos llega del sol; la chispa que inició la vida en
el mar y que acondicionó nuestro ambiente para mantenerla y desarrollarla,
nació del amarillo brillante, el amarillo vital, de la fortuna. El sol, dador
de vida, nos mantiene activos y atentos… sin él, nos sentimos perdidos. Junto
al mar y el sol, se cierra la tríada con el aire.
DÎVUM:
Entre el mar y el cielo, se transporta la vida: el aire. Traslada las moléculas
de los elementos vitales para sostenerla. Sigo sentado frente al mar, con el
agua bajo mis pies y el sol sobre mi cabeza y respiro. Inhalo una profunda
bocanada de aire mientras siento el agua escurrirse y el calor vital de nuestra
estrella mayor. Pero ¿qué color tiene el aire?
Escuché
alguna vez decir a alguien lo siguiente: “Respira más de lo que puedan tus
pulmones” Esta profundidad puede aplicarse a casi cualquier cosa en la vida.
La
trinidad Mar – Sol – Aire nos recuerda que así estamos completos, sin que
ninguno nos falte.
¡Hasta
la próxima semana!
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