Mis hijos me
han preguntado “Papá… ¿por qué la navidad tiene tantos colores?” y ciertamente,
son muchos colores. Por ello, decidí compartir con vosotros lo que encontré y
analicé acerca del color en la navidad.
Recordemos
que los colores tienen significado en cada uno de sus entornos, y su respuesta
del estímulo puede variar considerablemente.
El verde y el
rojo son los colores más usados y asociados a lo navideño. Y en nuestra
sociedad de consumo se ha establecido este patrón, heredado principalmente de
los norteamericanos y canadienses. Su asociación con el verde árbol navideño y
el regordete personaje rojo de Santa Claus, ha sido usado al extremo por el
mercantilismo moderno.
Pero también
por tratarse de una fecha festiva, los colores tienen asociaciones con la
liturgia católica romana. Para ellos, los llamados colores litúrgicos, tienen
una carga de significados que anuncian la pascua y el adviento “(del latín: adventus Redemptoris, «venida
del Redentor») es el primer período del año litúrgico cristiano, que consiste
en un tiempo de preparación para el nacimiento de Cristo. Su duración es de 21 a 28 días, dado que se
celebran los cuatro domingos más próximos a la festividad de Navidad”
Colores como
el blanco (que simbolizan la virtud de la fé y la paz) y el morado (simboliza
la profundidad espiritual) están presentes en la liturgia cristiana y sirven
para resaltar las características de los momentos determinados del año
litúrgico
Pero en
nuestra reciente historia, le debemos al mercadeo y el comercio lo que
actualmente define la imagen navideña. En 1931 la Coca-Cola remodeló al
personaje nórdico de Papa Noel en su campaña para posicionarse y competir en el
segmento de bebidas de entonces.
“En el siglo XVII, emigrantes holandeses, que
fundaron la ciudad de Nueva Holanda, más tarde denominada Nueva York al pasar a
manos inglesas, llevaban a su San Nicolás (Sinterklaas) y de ahí Santa Claus.
Pero su imagen se popularizó con una caricatura creada por Thomas Nast en 1863,
creando una imagen de papá Noel vestido de rojo, con gorro y botas blancas. En
Europa, los niños holandeses esperan a San Nicolás que llegaba cabalgando en su
caballo blanco procedente de España, si por el contrario los niños se portaban
mal, vendría el Duque de Alba.”
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