En
nuestra actualidad comercial y empresarial de todo tipo (pública o privada)
todo lo que conforma una marca de una institución (empresa, organización,
producto, entre otras) debe tener un nombre. El “naming” (por su definición
anglosajona) es el proceso de creación léxica del nombre de marca, lo que para
muchos significa el pilar fundamental de su identidad.
Es
en el proceso de creación de identidad de una marca donde podemos acuñar el
término “naming”. Las variaciones suelen girar alrededor de colores, formas, logotipos,
entre otras, pero el nombre una vez definido e identificado a una marca, es
invariable. Por ejemplo, si hablamos de un Mercedes, hablamos de un nombre que está
identificado a vehículos lujosos, de calidad, duraderos… Así cambien sus
colores, sus logotipos, sus formas, el nombre siempre va a representar esos
factores y características que durante su proceso de formación de identidad, se
fueron asociando a esta marca.
Por
ello es muy importante cultivar los aspectos positivos de nuestra identidad y
minimizar los negativos. Y ahora ante la exposición al hecho social de la
interactividad entre usuarios y entidades, es obligante redefinirse y adaptarse
o sencillamente desaparecer.
El
proceso de diferenciación que obliga la dinámica presente entre infinidad de
productos, servicios y alternativas cuyas características y calidad son
similares, se debe a la competencia que existe en sus mercados naturales. Los
procesos de producción y distribución han alcanzado estándares tan aceptables,
que ya la diferenciación no se puede establecer solo en el producto o su
calidad. Alrededor del “naming” se van asociando las promesas y ventajas de la
marca, que van más allá del producto o servicio mismo. Son las ventajas
competitivas asociadas con aspectos positivos y promesas que logran la
satisfacción final del consumidor o del público objetivo.
Las
marcas ya no están compitiendo para las masas, sino para los individuos. Y por
tanto todo lo que se hacía en mercadeo y publicidad hace 10 ó 15 años, ha
cambiado radicalmente en la actualidad. Desde la irrupción del “Social Media”
en nuestras vidas y nuestros entornos como el hecho más relevante de la
historia humana a principios de este siglo, el enfoque y desarrollo de la
economía, la producción, la política, el comercio y todas las áreas que nos
desarrollan como conjunto humano social, no podían quedarse ajenos al fenómeno.
¡Hasta
la próxima semana!
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