La era moderna, con sus avances tecnológicos y despliegue de nuevas formas para adaptar nuestra existencia a ellas, nos ha sumergido en una nueva variedad de complicaciones, que en mucho son la causa de severas enfermedades y trastornos físiológicos.
La aparición del computador personal a mediados de los 80’s, por ejemplo, fue sumergiendo al ser humano en un mundo tecnológico irreal que generó diversas formas de ansiedad, así como enfermedades laborales relacionadas con el uso de esas herramientas. Empezaron a aparecer los primeros casos de enfermedades visuales, fisiológicas y hasta cáncer, relacionadas con el uso y exposición a las nuevas herramientas que se suponían hacernos “la vida más fácil”
Recientemente y tras la aparición de los teléfonos “inteligentes” en un detallado artículo aparecido en el diario “El Comercio” de Perú (http://elcomercio.pe)
se describe una nueva enfermedad que ha desarrollalo cerca del 53% de los usuarios de aparatos celulares: “la nomofobia”
La “nomofobia es considerada una patología tecnológica y consiste en el miedo irracional a salir a la calle sin celular, olvidarlo, perderlo, que se descargue la batería o estar en una zona sin cobertura”. Dicho nombre viene del término en inglés ‘no mobile’
Síntomas como la agresividad y la dificultad para concentrarse, constituyen un patrón común en el comportamiento psicológico de estos pacientes.
Hace días, sufrí una situación similar. Había extraviado el cargador de mi teléfono inteligente: experimenté un estado de ansiedad e irritabilidad tan intenso, que al percatarme de ello, descubrí que estaba padeciendo de ‘nomofobia’ pues la simple presunción de quedarme ‘off line’ alteró mi conducta y concentración, a tal punto que no pude escribirles la semana pasada, ésta acostumbrada columna.
Esta inestabilidad emocional creada por dependencia a los aparatos y herramientas tecnológicas, debe llevarse al plano consciente antes de caer en la precipitada y vertiginosa ansiedad que genera dicha dependencia.
Debemos manejar con cuidado las situaciones extremas como la descarga de la batería, la falta de cobertura o el desempeño mismo del aparato. Así, un avance tecnológico que debería facilitar y hacernos más agradable la vida, se convierte en un elemento de estrés y dependencia, limitando nuestras facultades.
Pero estas enfermedades no se limitan a los celulares. También conseguimos una serie de síntomas relacionados al uso de los computadores y aparatos similares: Tendinitis, tensiones musculares (principalmente en la cervical), stress, entre otras. (Ver más)
En el sitio Sociedad Tecnológica (http://www.sociedadtecnologica.com) definen la patología “stress web” como propia y exclusiva de nuestra realidad tecnológica, donde estamos expuestos constantemente al bombardeo de nuestros sentidos por los distintos medios disponibles para vender o hacer propaganda y publicidad.
¿Alguna pregunta sobre esta columna y los temas que tratamos?
Escríbeme a bujo.70@gmail.com