La reciente campaña
contra el odio lanzada por The UNHATE Foundation bajo el patrocinio del Grupo Benetton de Italia, ha generado
polémica y exaltado pasiones alrededor del mundo, sociedades y religiones. Pero
nos preguntamos ¿qué hay detrás de la campaña? ¿Cuáles son los objetivos que
persiguen con ella?
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UNHATE Foundation Campaign |
Contrastes e
ideologías políticas y religiosas, con el agregado social del beso, que para
algunas culturas resulta incómodo cuando se trata de dos personas del mismo
género y para otras no, son el foco central de la campaña. Mostrar a figuras
mundiales antagónicas entre si, dándose un beso, constituye su elemento
central.
Si la campaña
es contra el odio, podríamos hacernos varias preguntas frente a cualquiera de sus
piezas ¿quién odia a quién? ¿Existe un odio entre ambos? No cabe duda que un
beso es una expresión de amor y extender este concepto a líderes mundiales
enfrentados por sus ideas o religiones representa una propuesta para vencer sus
diferencias.
La
corporación textil se lanza tras el velo de una fundación sin fines de lucro,
con propósitos altruistas y sociales, pero la verdadera razón que lo motiva,
como dice el colega Nicmer Evans (ver “Comuna en construcción” del jueves
17-11-11) es Vender; en el mercadeo
actual, tan competido y saturado, debes hacer muchas cosas más que posicionar un
producto; debes polemizar y generar ruido para que no sólo te conozcan o te
compren y así justificar los altos precios… Debes poner al mundo a hablar de tu
marca en forma rápida, polémica y global al mismo tiempo. Pero hay mucho más
detrás de esa campaña.
La marca United Colors of Benetton desde principio de los 90’s nos ha sorprendido con campañas audaces e
irreverentes, fundamentadas en las demandas por contraste, hacia las minorías y
las desigualdades sociales, pero ¿por qué nos sigue sorprendiendo? Existe una
identificación natural y humana hacia sus planteamientos; por ello recordamos
más sus propuestas que los mismos productos que venden.
Regularmente
la sorpresa y fascinación está mas en sus carteles que en el mismo producto, ya
que sus prendas no son extraordinarias ni excepcionales, son prendas de vestir
como cualquier otra marca, pero muy costosas. Prendas que ni siquiera los
excluidos que protagonizan sus campañas, pueden comprar o usar.
Sin duda, los
objetivos de mercadeo han sido logrados. El mundo entero estalló en un alboroto
a favor y en contra de la propuesta… pero todos hablábamos de ella. Ahora,
luego del estallido, queda recoger los vidrios rotos: tanto la empresa como la
fundación se han visto envueltas en múltiples demandas y censuras por parte de
las figuras y entidades representadas en su campaña: La Iglesia Católica y
la República Popular
China iniciaron las acciones. Y tu ¿qué opinas?
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