Mucho nos solidarizamos con los exterminados a través de libros, revistas, películas, documentales y cuanto producto que la industria cultural occidental introdujo en nuestras sociedades. A través de todo ello supimos cuán malos eran los nazis alemanes, sus crímenes, sus ambiciones y también su derrota. Y también fuimos adoctrinados sobre lo “bueno” que eran los aliados; asi la industria cultural del dominador, del ganador, impuso en todo el mundo para “enseñarnos” quienes son los buenos, desvalidos, pobres, ricos, malos, comunistas, mafiosos, narcotraficantes y terroristas.
Desde 1945 y tras la rendición de la alemania nazi a las fuerzas aliadas, el mundo se ha debatido entre la impotencia ante las atrocidades cometidas por los fascistas y decepción por haberlo permitido.
La élite sionista de nuestro tiempo ha ido profundizando su influencia en nuestra sociedad para que cualquier ciudadano admita sin mayor pudor que el “pobre pueblo judío” tiene licencia para hacer lo que quiera con el mundo, en especial con el territorio que han invadido gracias al holocausto y a las Naciones Unidas (ONU) de la post guerra.
En las fronteras sionistas, deberían haber letreros a la entrada de los territorios invadidos por ellos que recen exactamente lo mismo: ¡CUIDADO, JUDIOS!
Cuidado, judios lanzando bombas…
Cuidado, judios matando palestinos…
Cuidado, judios invadiendo territorio libanés, sirio, egipcio…
Cuidado, judios matando mujeres y niños…
Cuidado, judios con misiles atómicos…
No tengo recuerdo consciente de que la industria cultural me haya enseñado a un árabe musulmán sino como terrorista, pero si a los buenos judios con su kosher y su kippa, orando en el muro de las lamentaciones.
Solo los idiotas sociales abstraídos en su mundo mediático al estilo Murdock, sucumben y repiten sus mentiras... tal como lo hacía el señor Goebbels con los nazis.
Y es que ese pedazo de tierra tan insignificante y árido para muchos, representa lo más importante para el pueblo originario de Palestina. En 60 años, los judíos han pasado de ser oprimidos a opresores... a invasores... a asesinos de niños y mujeres.
¿Quién detendrá a estos bárbaros modernos?
Quiero dejar de ver las flotillas de paz hacia la franja de Gaza pues mientras eso esté pasando es porque el gobierno sionista nos está ocultando una verdad que no quieren que el mundo vea y divulgue. Quiero ver a los niños palestinos correr y jugar sin temor a que la bala judía les arrebate sus sueños y risas.
Quiero ver a ambos pueblos en paz y a los verdaderos terroristas en su propio olvido, sin armas, sin poder y sin fuerza para seguir dañando el futuro del mundo entero