La
definición etimológica de la palabra que define la celebración
comúnmente llamada “Carnaval”, proviene del latín carne
levare
(quitar la carne), cuya celebración precede al ayuno de la cuaresma.
De la misma forma, carnestolendas proviene del latín dominica
ante carne tollendas
(el domingo antes de quitar las carnes).
Esta
celebración pagana, se remonta más allá del cristianismo y de los
romanos. Algunos autores afirman que tiene su inicio con sumerios y
egipcios, éstos últimos en honor al dios solar Apis
(toro), dios de la fertilidad y posteriormente, funerario. El
catolicismo en su expansión por europa, no logró contrarrestar
éstas celebraciones paganas, por lo que en la medida del tiempo se
fue incorporando a sus calendarios y prácticas. El cristianismo en
todo caso, está más alejado de éstas celebraciones.
“Los
etnólogos encuentran en el carnaval elementos supervivientes de
antiguas fiestas y culturas, como la fiesta de invierno (Saturnalia),
las celebraciones dionisíacas griegas y romanas (Bacanales), las
fiestas andinas prehispánicas y las culturas afroamericanas. Algunos
autores consideran que para la sociedad rural, fuertemente
estructurada por el cristianismo, el tiempo de «carnestolendas»
ofrecía mascaradas rituales de raíz pagana y un lapso de
permisividad que se oponía a la represión de la sexualidad y a la
severa formalidad litúrgica de la Cuaresma.” (es.wikipedia.org)
Celebrar
las fiestas carnestolendas implica darle rienda suelta a la diversión
y el desenfreno, donde la música y la alegría son las pautas
fundamentales de dicha manifestación. El uso de máscaras para
ocultar la identidad y dejar que el barullo y la transigencia
gobiernen al cuerpo, son característicos de esos días.
En
la actualidad, las fiestas de carnaval más populares y vistosas,
tienen sus referentes destacados entre Europa y América: El carnaval
de Venecia en Italia; los carnavales de Santa Cruz de Tenerife y
Cádiz en España; el carnaval de Rio de Janeiro y Recife en Brasil;
el carnaval de Barranquilla y Pasto en Colombia; los carnavales de
Carúpano y El Callao en Venezuela; Los de Veracruz y Matzatlán en
México; El Mardi Gras en Nueva Orleans en Estados Unidos y el
extendido Gualeguaychú en Argentina.
Sin
embargo, también es una oportunidad muy esperada por el mundo
infantil para disfrazarse de sus ídolos y personajes preferidos y
una ocasión ideal para darle rienda suelta a la imaginación y la
fantasía con alegría e inocencia.
¡Felices
Fiestas!
*Irving
Vierma
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