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Bujo: Cerebro flechado |
Un reciente estudio
científico, reportado por BBC Salud el pasado 20 de junio, afirma que han
encontrado el sitio exacto de nuestro cerebro, donde se generan esos sentimientos
que experimentamos al estar enamorados.
Según el reporte, los
científicos de la Universidad de Concordia, en Canadá, han determinado que
dicho sitio está vínculado al mismo lugar donde se origina el deseo sexual o la
adicción a las drogas, pero de forma separada.
El estudio realizado por
medio de escáneres de fMRI (por sus siglas en inglés de “Imágenes de Resonancia
Magnética funcional”) sobre sujetos a los que se exponía a determinados
estímulos relacionados al deseo sexual o imágenes de sus personas amadas,
reveló que dos importantes estructuras del cerebro son activadas durante dicha
estimulación: la ínsula y el núcleo estriado.
La ínsula es el lugar
profundo de la estructura del cerebro, en la superficie lateral de éste, dentro
del surco lateral o “cisura de Silvio” donde se separan las cortezas temporal y
parietal inferior, superpuestas a ella y que se conocen como opércula.
El núcleo estriado, por
su parte, es la parte subcortical del prosencéfalo y “es la vía principal de
entrada de información hacia los ganglios basales. A su vez, el cuerpo estriado
recibe información de la corteza cerebral” (http://es.wikipedia.org/wiki/Cuerpo_estriado)
Por su naturaleza
abstracta y compleja, el sentimiento del amor había sido difícil de ubicar por
parte de los científicos. Se conocía por estudios anteriores que las emociones
humanas se generaban en el sistema límbico, dentro de otras estructuras como el
hipocampo y la amígdala.
“El amor realmente
es un hábito que se forma con el deseo sexual y que recompensa a ese deseo. Y
en el cerebro el amor funciona de la misma forma como cuando la gente se vuelve
adicta a las drogas” Prof. Jim Pfaus, director de la investigación.
"Mientras el
placer sexual tiene un objetivo muy específico, el amor es más abstracto y complejo
y por lo tanto menos dependiente de la presencia física de otra persona"
agrega el Prof. Jim Pfaus
Por tanto, enamorarse
está científicamente probado que ya no es “cosa de locos”
¡Hasta
la próxima semana!