La
imagen de uno o varios Dioses que castigan a sus seres creados, es
arquetípica de la humanidad y su fe. Dichos arquetipos han sido
trasladados de creencia en creencia, haciendo variaciones de
adaptación pero teniendo, al fin y al cabo, el mismo origen. Algunos
lo llaman fe, religión, creencia, entre otras. Otros más escépticos
prefieren las explicaciones basadas en la lógica y la razón; y
otros sencillamente, niegan y “no creen” en absolutamente nada.
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Así cayó el meteorito en Rusia - 24 Horas - http://ow.ly/hN2Nt |
Catástrofes
y demás eventos inexplicables, son relacionados a fuerzas divinas
tan poderosas, que pueden ir más allá de cualquier razonamiento
lógico o científico. El Vaticano, por ejemplo, tiene un
departamento entero para la investigación y validación de estos
hechos inexplicables para ellos pero ¿por qué lo hacen?
Aun
en plena era de la explosión tecnológica, muchos atribuyen a
fuerzas “divinas” aquellos hechos que superan la razón y la
ciencia. Sin otra mejor explicación, prefieren el origen divino o
sobrenatural a cualquier otra razón.
Desde
la lluvia, pasando por los rayos y tormentas, hasta meteoros que caen
del cielo, han llegado a ser atribuidos a fuerzas sobrenaturales. Las
fuerzas divinas “actuando” sobre los mortales... Desde los
antiguos egipcios, chinos, griegos y romanos, su cosmogonía estaba
cargada de eventos donde la naturaleza tenía un protagonismo
considerable.
Las
religiones monoteístas más importantes de la humanidad, tienen
entre sus hechos, muchos de éstos inexplicables eventos, atribuidos
directamente a la fuerza divina de estos seres divinos. Todavía
hasta nuestros días, deidades como el sol o la luna, han sido
trasladadas a sus valores y cambiados sus nombre. Pero en fin, todo
tiene su inicio en aquellas antiguas creencias.
Profetas
y videntes, han reforzado estas creencias en los abonados terrenos de
la ignorancia y el oscurantismo de ciertas épocas. La información
al alcance de los grandes conglomerados humanos y su disponibilidad
ante la duda y el escepticismo, ha sido orientada hacia los elementos
e informaciones que manejan estos grupos; un simple evento como un
rayo que cae a tierra, puede tener cientos de interpretaciones
distintas, dependiendo de las creencias culturales de quienes lo
observen. Un católico, un musulmán, un budista o un Yanomami,
tendrán lecturas distintas del hecho, dependiendo del contexto que
rodee a cada uno.
No
obstante todo lo anterior, ni la NASA ni la agencia rusa, pudo
anticipar los eventos ocurridos en los Urales rusos, donde hubo
heridos y daños materiales a causa de éstos fenómenos. ¿Nisiquiera
los ateos o “cienciólogos” se anticiparon a advertirlo?
¡Felices
Meteoritos Espaciales!
*Irving
Vierma
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